Con la abertura de la boca del cap roig, ya podéis imaginar lo que se puede tragar.
Esta fotografía está tomada una tarde, de regreso de la jornada de pesca. Los cap-roigs de aguas de poca profundidad, entre 30 y 55 metros son más rojos y más sabrosos que los que habitan en profundidades mayores a 70 metros, cuyo color es más rosáceo y su sabor más insípido.
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