Pescamos los calamares al alba, consiguiendo 9 piezas, seguidamente intentamos pescar algún dentón, y tras dos horas infructuosas, cambiamos de aparejos, montamos la caña y visitamos una piedra a 36 metros de profundidad, con la sorpresa de que capturamos una brótola, un cap-roig de 1.7 kilos, 5 peces ballesta y 3 serviolitas. En fín, un día para no olvidar.
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