Os voy a explicar cómo hago la fideuà. Normalmente sale riquísima.
Vamos a necesitar:
aceite, sal, pimiento rojo, ajos, tomate, cebollas, marisco, calamares, caldo de pescado y fideo perla.
El secreto está en darle al aceite una serie de sabores.
En primer lugar vamos a sofreír una cabeza de ajos, laminados por la mitad. Al tener color, los reservamos.
Después vamos a sofreír un pimiento rojo, cortado en dados, y al estar sofrito, lo reservamos con los ajos.
Seguidamente vamos a sofreír el marisco, normalmente gambas de Sóller y langosta mallorquina, salpimentando al gusto, y al estar sofrito, lo reservamos.
Fíjate que hasta ahora, le hemos dado al aceite una serie de sabores: ajo, pimiento y marisco.
Mientras tanto tendremos al calamar en una olla, hirviendo a fuego muy lento y sin sal, con el fin de que esté muy blando.
En este punto, que el aceite tiene los sabores antes citados, y en la paella sólo tenemos el aceite, le añadimos la cebolla y cuando esté un poco sofrita, le añadimos los tomates previamente rallados, junto con los ajos y el pimiento sofrito. Debe cocerse lentamente y cuando esté a punto, salpimentamos al gusto y le añadimos los fideos, para que absorban todo el sofrito que tenemos en la paella.
Cuidado con una cosa. Al poner los fideos crudos, siempre nos parecerá que no son suficientes, pero luego se hinchan y si hay demasiados, sale una "pasterada". La medida que uso es que la paella sea lo más grande posible y al poner los fideos a sofreír, tienen que cubrir toda la paella, pero con una capa fina de fideos.
Los vamos removiendo para que absorban todo el sofrito rico en sabores y, por último le añadiremos el caldo de pescado para que los fideos se cuezan. En este momento le añadiremos el calamar hervido y adornaremos la fideuà con el marisco que hemos sofrito.
Durante todo el proceso, me acompaño con unas baladas de Rod Stewart, que me inspiran a cocinar mejor.
Con todo ésto, hay que ser muy torpe para que salga mal.
Ánimos y buen provecho.
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